miércoles, 26 de noviembre de 2008

De Charles Taylor y Charles “Chuckie” Taylor Junior o de la semilla del diablo entre rejas

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Charles Taylor y Charles “Chuckie” Taylor Junior, padre e hijo, tras haber escrito con vehemencia algunas frases de la (inconclusa, me temo) historia de la ignominia del hombre, están ahora haciendo historia (a su pesar, me temo también) en el ámbito de la Justicia Universal. Sus casos están abriendo capítulos de esperanza, dignidad y reparación. Esta es la historia de Charles Taylor y su hijo Charles “Chuckie” Taylor.

Charles Taylor lideró el National Patriotic Front of Liberia (NPFL) entre 1989 y 1997, en armas contra el entonces Presidente de Liberia, Samuel K. Doe. En 1997 terminaba un conflicto caracterizado por brutales abusos de civiles y el uso de niños soldados con la elección de Taylor como Presidente de Liberia. El eslogan de su campaña no podía reflejar mejor la estatura moral del candidato: "He killed my Ma, he killed my Pa, but I will vote for him (Mató a mi mamá, mató a mi papá, pero votaré por él)”.

Su presidencia, como su rebeldía, se basó en la violencia, la represión y los abusos graves de derechos humanos, lo que alimentaría un retorno al conflicto desde 1999. En 2003, ante la presión de sus enemigos que llegaban ya a las calles de Monrovia, Charles Taylor abandonó Liberia, el cetro presidencial y la piel de león que adornaba su trono. Desgraciadamente, Taylor no se limitó a las fronteras del pequeño país del occidente africano. Sus muchachos también cometieron abusos en apoyo de facciones rebeldes implicadas en conflictos internos de otros países vecinos como Sierra Leona, Guinea y Costa de Marfil.

En el momento que su padre se hacía con la presidencia, Charles “Chuckie” Taylor Junior, nacido en Massachussets (donde su padre estudiara Economía), abandona los Estados Unidos y se instala en Monrovia donde dirigió, en apoyo de papá Presidente, la Anti Terrorist Unit (ATU), también conocida como “Demon Forces” o “Fuerzas del Demonio” (una familia con querencia por nomenclaturas explícitas, parece). Las técnicas usadas por los chicos de la ATU incluían el asesinato, apaleamiento, enterramientos colectivos, descargas eléctricas, mutilaciones de genitales, y otras formas de sugestión durante el interrogatorio tipificadas como tortura.

Los Taylor están hoy en prisión. Con sus casos se abren brechas para la expansión de la Justicia Universal.

Charles Taylor, padre, es el primer presidente de un país africano (hay otros en la lista de espera) enjuiciado por un tribunal penal internacional: la Corte Especial para Sierra Leona. La Corte es de carácter “mixto, híbrido o internacionalizado”, lo que añade al apoyo de la ONU un especial énfasis a la participación de Sierra Leona en su composición y funcionamiento. En la actualidad Taylor está detenido en la Haya (Holanda), a petición de la Corte, a pesar de que las actividades normales de ésta se desarrollan en Sierra Leona, pues se temía por la estabilidad de la región si el enjuiciamiento se produjese en Freetown, sede de la Corte.
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Taylor está acusado de crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y violaciones graves del derecho internacional humanitario cometidos durante su presunto apoyo a las fuerzas rebeldes de Sierra Leona. Algunos de los cargos hechos contra él incluyen asesinato, mutilación de extremidades de civiles, uso de mujeres y niñas como esclavas sexuales, secuestro de adultos y menores para realizar trabajos forzados o luchar en apoyo de rebeldes en Sierra Leona. Actualmente las vistas del juicio continúan y se espera que la Corte emita sentencia en 2009.

Charles “Chuckie” Taylor Junior tiene, a su vez, el dudoso honor de ser el primer individuo juzgado por un tribunal nacional de EEUU (en Florida, para ser más preciso) por delitos de tortura cometidos fuera del territorio norteamericano. “Chuckie” ha sido declarado culpable en Octubre de 2008 de todos los cargos de tortura presentados contra él. Su sentencia se conocerá en Enero de 2009.

La condena de Taylor hijo tiene una relevancia especial en el contexto de la Justicia Universal. Este enjuiciamiento surge en aplicación del “Extraterritorial Torture Estatue” aprobado en 1994. Catorce años después de haberse dotado los EEUU de esta ley de aplicación interna de la Convención contra la Tortura, por fin la fiscalía federal ha hecho uso de esta ventana legal que universaliza la jurisdicción americana haciéndola competente para conocer casos de tortura cometidos por individuos que se encuentran en territorio americano, independientemente de la nacionalidad del autor o de la víctima y del lugar del delito (otros países, como España, van un paso más lejos y podrían incluso ejercer su jurisdicción contra individuos no presentes en su territorio, basándose en la gravedad del delito y su obligación de perseguirlo).

En los últimos años se está viendo un esperanzador progreso en EEUU con un incremento del tipo de delitos que podrían perseguirse de forma similar a la tortura. Dos leyes han sido recientemente aprobadas cubriendo delitos de Genocidio (Genocide Accountability Act 2007) y el uso de niños soldados (Child Soldiers Accountability Act 2008).

Estas leyes, y su aplicación, tienen como efecto fundamental excluir el territorio norteamericano de la lista de posibles refugios para los autores de los crímenes más deleznables. Cada día más, los criminales del planeta van a tener que estudiar mejor su itinerario de viaje. Con suerte, un día no muy lejano, no haya un lugar sin rejas donde puedan ir.
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