domingo, 11 de enero de 2009

Del hito y de la sentencia contra Charles "Chuckie" Taylor Junior o de la botella medio llena o medio vacía


97 años. Ya hay sentencia para un torturador global norteamericano.

97 años de prisión con los que Charles “Chuckie” Taylor Junior ha sido condenado por la jueza de distrito Cecilia M. Altonaga en Florida (EEUU) el pasado 9 de enero de 2009.

97 años de prisión por crímenes de tortura cometidos en Liberia (1999 - 2003) para el primer ciudadano norteamericano condenado por un tribunal de su país por tortura acaecida fuera del territorio de los EEUU en aplicación del “Extraterritorial Torture Estatue” de 1994 (ver detalles del caso en este blog: “De Charles Taylor y Charles “Chuckie” Taylor Junior o de la semilla del diablo entre rejas”).

97 años que reflejan, en palabras del Asistente del Fiscal General en la División Criminal del Departamento de Justicia de EEUU, Matthew Friedrich, “el horror y la tortura que Taylor Junior infligió a sus víctimas”. “Este caso – continúa Friedrich – se debe en gran parte al coraje de las víctimas que tuvieron la entereza de testificar y decir la verdad sobre lo que se les había hecho. Nuestro mensaje a quienes violan los derechos humanos, sin importar donde se encuentren, sigue siendo el mismo: Aplicaremos la ley de los EEUU con todo su peso y haremos uso de todo recurso legal a disposición de nuestros investigadores y fiscales para juzgaros por vuestros crímenes”.

Resonantes palabras, en verdad, las del comunicado de prensa oficial del Departamento de Justicia, días antes de que empiece a rodar la administración Obama. Flamante administración que encontrará en los polémicos coqueteos con la tortura de la administración Bush uno de sus retos más espinosos.

Muchos ciudadanos norteamericanos exigen una restitución de la estatura moral del país. Muchos consideramos que el coherente respeto del Estado de Derecho, particularmente en crímenes de esta gravedad, no sólo repara la dignidad de la víctima sino también la de la sociedad en cuyo seno se pudo gestar la terrible ofensa.

“Qui Pro Domina Justitia Sequitur” (“Quien procesa en nombre de la Justicia”) reza el lema del Departamento de Justicia de EEUU.

Procese.
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